Elogio

La fascinación por la obra de Chillida surgió durante una incursión fotográfica por el trabajo escultórico del mismo. En concreto “el elogio del agua”. Este proyecto es una plataforma para dar a conocer un rincón del barrio barcelonés, El Coll.

Mientras me pierdo en las formas, en los alrededores, ayudada por un ambiente veraniego donde la pieza está abrigada por las rocosas piedras que en antaño fuera una cantera se puede oír el griterío de las criaturas excitadas por su baño en el pequeño lago situado en el propio parque, retumbando en las febriles rocas e incidiendo pues en la instalación del autor.

Pese a las enormes dimensiones de la obra, crea al espectador un sentimiento muy próximo como si la escultura de forma tentacular estuviera dispuesta a abrazarte. Para el autor es muy importante que se funda e interactúe con el entorno donde va a ubicarse ésta. Se compromete unir la pieza con el espacio, un espacio escarpado por las manos del hombre y con los años vegetativos que da a la escultura su forma de ser actual, ya que años atrás el agua era uno de los elementos claves en este entorno y en la obra.

Es de lamentar el deterioro en el que se encuentra la instalación pero parece que la propia naturaleza se ha brindado a realzarla, con sus verdes diversos, el marrón de las rocas y el gris blanquecino del hormigón del suelo.

Sin duda alguna es un privilegio (de muy pocos) el poder contemplar y tocarla, sentirla cerca, pues produce una energía para mí nunca vivida, al encontrarme debajo de ésta. Puede resultar exagerado si digo que se puede sentir la armonía y la serenidad que emana el entorno de ésta. Puede tener algo que ver el punto de gravedad entre estructura y el espacio como si se auto equilibrara y personificara esto al especta

situación de la escultura en los ´90

Foto actual (restauración)

Postal de la expo en el Centre Civic del Coll-La Bruguera

obra 1

obra 2

obra 3

obra 4

obra 5

obra 6