Cuando somos pequeños existe un
miedo muy usual a -la oscuridad- este
miedo irracional puede ser debido al no ver lo que tenemos más allá. Quedarse a
oscuras para el niño a veces es
desamparante, por eso, tal vez , en ese momento es cuando por medio de su
imaginación crea todo un mundo nocturno,
de ruidos y formas que sacadas de
contexto y con la imaginación que solo un niño tiene puede vivir un segundo día.
En muchos casos la oscuridad representa el final del día, el termino de las
actividades y de los juegos. Por eso al verse aburrido deja fluir su
imaginación.
El problema es que jugando recrea tan bien
esta historia y su entorno, que se lo acabe creyendo, entonces es cuando
empiezan los miedos nocturnos. Aquellos sonidos y formas se desvirtúan de tal
manera que el niño realmente cree eso que está sintiendo, es un sentimiento de
terror.
No se conoce las causas, pero
todo `puede estar relacionado al conocimiento propio del desarrollo infantil. La
poca visibilidad, como ya hemos citado antes, hace volar la imaginación del
niño y hace sospechar que la oscuridad esconde a personas desconocidas o
monstruos de bajo de la cama, dentro del armario, o detrás de las cortinas. Un
simple ruido puede representar una nueva amenaza, que viene de algún fantasma o
de otra criatura de su creación.
Hay que decir que este miedo
suele marchar con el crecimiento del niño, pero según como se haya tratado este
miedo por parte del adulto a su cargo, este miedo puede no desaparecer nunca.
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